La cirugía oral es la especialidad más antigua de la odontología. Se dedica al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, traumatismos y defectos de las piezas dentarias, de los maxilares y de los tejidos blandos adyacentes que requieran intervención quirúrgica. El cirujano oral debe tener profundos conocimientos de ciencias básicas para su profesión como la anatomía, la histología y la fisiología, así como de las entidades nosológicas más frecuentes. Además de su capacitación, entrenamiento quirúrgico y obviamente una gran destreza manual, es indispensable que el profesional posea madurez de pensamiento y un gran respeto por los tejidos vivos.
Es la intervención más frecuente en cirugía oral. Entre las muchas indicacíones para la extracción de estas piezas podemos citar la falta de espacio en la mandíbula para su correcta erupción, su orientación anómala, que puede producir daños en las piezas vecinas o apiñamientos dentarios, o problemas de inflamación en la encía por una erupción incompleta, que puede generar una infección crónica en la encía circundante.
A veces una extracción dentaria puede ser complicada desde el punto de vista quirúrgico. Por ejemplo si el paciente padece enfermedades sistémicas importantes, ha recibido radioterapia recientemente o sufre trastornos en la coagulación, si las piezas dentarias están destruídas, etc. En tal caso, el cirujano oral aporta su habilidad quirúrgica para solucionar el problema.
Son intervenciones que se realizan previamente a la colocación de una prótesis. Consisten en el acondicionamiento de la encía o del hueso maxilar o mandibular para facilitar una correcta adaptación de la prótesis. También podemos incluir en este tipo de cirugía la colocación de injertos de hueso para la colocación posterior de implantes.
Cuando los niños sufren patologías del habla, malposiciones dentarias, o dificultad para la correcta posición de los dientes motivadas por los frenillos bucales o linguales, es necesaria una pequeña intervención. Estas cirugías son de muy corta duración, con anestesia local y solucionan problemas que podrían tener una mayor trascendencia en la edad adulta.
Los quistes situados en el interior de los huesos maxilares o de la mandíbula son bastante frecuentes. Presentan una etiologia muy diversa: pueden provenir de infecciones latentes en dientes en mal estado, de dientes retenidos en el hueso o de estructuras embrionarias. En estos casos es indispensable la intervención quirúrgica para la extracción del proceso, eliminando las molestias que generan y posibles complicaciones.
Dentro de la cavidad oral también pueden producirse tumores benignos como lipomas, fibromas o pequeños angiomas. El tratamiento de estos procesos será realizar una exéresis de la lesión y una biopsia posterior por parte de un anatomopatólogo, para establecer el alcance de la lesión.
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